Los colores de otoño comienzan a difuminarse y dan paso a una nueva estación: el invierno. Con la bajada de temperatura en casa en invierno, es inevitable usar algún método para mantener un clima cálido en los espacios habitados o de trabajo. Ello implica que, a menudo, se consuma gas como principal arma de combate ante el frío.
Son muchas las familias que buscan conseguir la temperatura ideal en casa mediante el uso de gas, algo que sin duda repercute en las facturas de los consumidores. Pero… ¿Es posible reducir costes? A continuación, repasamos siete consejos para ahorrar en tu factura del gas.
La mayor parte del gasto energético de la calefacción o del aire acondicionado se produce por pérdidas de calor. Gracias a un buen aislamiento térmico, la temperatura de un espacio se mantiene más estable y la vivienda queda más protegida de las inclemencias meteorológicas. Todo ello se traduce en una reducción de la demanda energética y por lo tanto de las facturas de gas.
Una de las formas de reducir el consumo energético en nuestro hogar es reducir el consumo de agua caliente. Ergo, mejor ducharse que bañarse. Y cuánto menos agua, mejor. No sólo estarás ahorrando en gas, sinó también en agua. De hecho, al usar menos litros de agua, harás que la caldera trabaje menos y por lo tanto consumirás menos gas.
En invierno es inevitable que algunos días el frío nos invada. Si no quieres tocar el termostato, multiplica el número de capas que llevas encima. Aunque parezca una obviedad, invertir en un par de calcetines gordos de lana, un buen suéter o un albornoz de rizo, puede ahorrarte un montón de dinero en la factura del gas.
El sol es la fuente de calor por excelencia, así que es buena idea aprovechar las horas de más luz para mantener la casa caliente: sube las persianas de las habitaciones, especialmente de aquellas donde haya más luz, para que el calor entre en tu hogar.
Una forma fácil de reducir tu factura de gas es cerrarla cuando no vayas a estar en casa un tiempo, por ejemplo, durante un fin de semana de viaje o las semanas de vacaciones. De esta manera, el gas no se desperdicia calentando agua que no se va a utilizar.
Además de ajustar el termostato, también es importante que nos fijemos en la temperatura del calentador. Es importante fijarla a un máximo tras consultar con un técnico, ya que una temperatura más elevada va a incrementar considerablemente el consumo de gas.
En algunas ocasiones no necesitamos agua caliente, pero al tener colocado el grifo en esa posición, se enciende el calentador automáticamente cada vez que lo abrimos. Aunque no esté encendido durante mucho tiempo, cada vez que el calentador arranca, genera consumo de gas. Si colocas los grifos en la posición de agua fría, solo se pondrá en marcha el calentador cuando realmente lo necesites.
¡Esperamos que estos 7 trucos sobre cómo mantener la casa caliente durante el invierno y ahorrar en la factura del gas te sean útiles!
Con todos estos factores en mente es lógico pensar en los beneficios a corto plazo que genera el hecho de contar con un buen aislamiento térmico. Una de las opciones para ello es el aislante térmico inyectado ThermaBead. El aislamiento térmico inyectado o insuflado es el sistema más fácil para aislar una vivienda en menos de 24 horas y empezar a disfrutar de los beneficios de un buen aislamiento desde el primer día, sin obras, sin molestias y sin pérdidas de espacio. Consiste en inyectar aislamiento a granel en las cámaras de aire vacías, repartiendo el material aislante por toda la cámara. El resultado es un sistema que evita la libre circulación de aire y la entrada de frío o calor hacia el interior de la vivienda, reduciendo así las perdidas energéticas.
Con ThermaBead es posible reducir hasta en un 40% su consumo energético por calefacción o refrigeración, además de mejorar considerablemente el confort térmico de una vivienda.
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